OTRA CIUDAD / OTRO TIEMPO 2
Dejé al zapatero no muy convencido de la explicación de mis compras en Barcelona. Tuve que salir de esa situación lo más creíble que pude, dejándolo con sus hormas, zapatos, alpargatas y el cartel de toros. Seguí caminando por la calle Ollerías, rodeado de casas antiguas. Mujeres vestidas de negro y niños jugando con vestimentas sucias me miraban con curiosidad, como si dijeran “¿de dónde ha salido este tío, vaya facha?”. Llevaban razón; mi indumentaria —pantalón corto, zapatillas deportivas, blusa de manga corta, sombrero Panamá y gafas de sol— me delataba como un extranjero, un extraño para ellos y para mí mismo. ¿Cómo les explico que en el año 1932 aún no había nacido? No sé cómo he llegado hasta aquí, a través de qué… Igual, mi búsqueda de mi bisabuelo compositor, violinista, durante tantos años, décadas, hasta poder dar con su música, su repertorio de zarzuela, mi incomprensión del porqué no se hablaba en mi casa, mi padre (su abuelo), nunca había mostrado interés en contarnos n