Esta mañana amaneció en esta ciudad nublado; la sensación térmica presagiaba lluvia, pero no cayó ni una gota. Salí de casa con incertidumbre: ¿lloverá o no lloverá? Me he puesto la ropa adecuada. Estas son las clásicas situaciones en las que nuestra mente está alerta para prevenir cualquier eventualidad que no podemos controlar. Un coñazo, pero se agradece la intención.
Pasando cerca de una cafetería cercana, estaba llena de clientes en la terraza (la acera con carril bici y patinetes). Es nuestra seña de identidad, así lo quiere nuestro alcalde. Él apuesta por “la convivencia entre peatones, terrazas de bar, bicicletas y patines”.
Vas a tomarte un café y puedes ser atropellado, pero en el último minuto o segundo sales ileso. Le das las gracias al ciclista por no atropellarte y le invitas a un café con tostadas. Todo un proceder de convivencia y armonía. La vida continúa. Los kamikazes de las empresas de recogida de compras del supermercado entran en una carrera frenética. Tiene que haber un dinero adicional para estos trabajadores de las dos ruedas. Llevan bicicletas especiales, con ruedas gruesas, y saltan los semáforos. Se cruzan en los pasos de peatones sin importarles mujeres, hombres, niños o niñas. La entrega de los pedidos es lo que importa. ¿Habrá propinas? Posiblemente. La propina es un valor en alza. ¿La educación ciudadana? ¿A quién le importa? ¿La integridad física de los ciudadanos de a pie? ¿A quién le importa? Es como la canción de Dinarama “A quién le importa”.
Una de las escenas vívidas de esta mañana: una chica joven sentada, con un café en la mesa y un pequeño paquete de regalo, hablando por el móvil. Esta escena es muy cotidiana. ¿Qué tiene de particular? La chica va a coger la cuchara y se equivoca, mete el paquetito en la taza del café. Consecuencias: blusa manchada, paquete manchado, café derramado. Se pone de pie y llama a la camarera para que limpie la mesa. Otros clientes que han visto la escena le dan un pañuelo y servilletas. No estaba inquieta por el estropicio hecho, seguía hablando por el móvil. El móvil le da seguridad. El móvil indemne. ¿Se imaginan esta misma escena si el causante del derrame fuera su hijo, novio, novia, marido o pareja del mismo sexo? ¿Su comportamiento sería el mismo?
Ustedes pueden contestar estas interrogantes, lo cierto es que el móvil maneja nuestra vida. ¿Culpa del móvil? No, somos nosotros los que le hemos dado ese estatus de imprescindibles. Sí, en España en los años 1970, con la masificación de la televisión, eran los anuncios los que daban credibilidad a lo anunciado. Sale en televisión, es lo mejor, comprobamos; sí, lo anunciado era más caro, el coste publicitario había que pagarlo y aunque era mejor que la competencia (según el anuncio en TVE), los sueldos daban para lo que daban. Si había suerte, igual en Navidad tendrías esa prenda televisiva, no esperes más regalos.
No tirábamos de tarjeta de débito, no estaba a nuestro alcance económico. Sí, había la economía “fiao”, era una opción para las familias para vestir. Ibas a una tienda del centro, principalmente las ubicadas en la calle Muro de Puerta Nueva. La esposa (esto era cosa de mujeres) veía algunas prendas para sus hijos/as, las pagaba mensual o trimestralmente, una venta basada en la confianza hacia el cliente. Se vivía al día, se ahorraba un poco. Había dos pagos cada mes que era lo primero que las “Amas de Casa” no se extrañaban: Profesión de su mujer: Sus labores o Ama de Casa. Esta forma de compra podía ampliarse a tiendas de comestibles, electrodomésticos. Sí, había un pago qué había que hacer " pagar los muertos " , segundo; pagar a las tiendas qué te han " Fiao" , a partir de aquí tenemos a las Amas de casa, haciendo encaje dé bolillos para llegar a final de mes.
Después llegaron los bancos y todo era más fácil (según ellos). Al comercio le interesaba cobrar íntegramente la factura más el impuesto bancario. El usuario pagaba más intereses bancarios. Metidos en este enfoque comercial, empezamos la senda del consumo. Esto ha facilitado el crédito, pero, también ha traído consigo nuevos desafíos,nuevos productos más responsabilidades, pueden llegar a final de mes.........
Usted qué opina… ¿o no tiene opinión? ¿O el móvil no lo deja? ¿O mejor no opinar, lleva tanto tiempo sin hacerlo… ninguna responsabilidad..... Alguna corrección...... será útil conocer tú punto de vista.........
Continuara ................