Los días en el hospital, sé parecían al día anterior, hay una película creo qué es Americana , titulada EL Día dé la Marmota, cada día me levantaba a las 8 dé la mañana, mí compañero dé cuarto Alberto, sé levantaba a las 7 o 7,30 , dé ésa forma podía descansar un poco más, aún tomando pastillas para dormir, mi sueño, no hacía acto de presencia, estaba tan cansado, qué él levantarme era dé uno dificultad extrema, perdí peso de los 72 kg, qué pesaba cuando falleció mí esposa, ahora pesaba 54 kg, cualquier esfuerzo era una lucha continua de levantarme cueste lo qué cueste, mi compañero Alberto, siempre se quedaba en su cama sentado y vestido hasta que yo terminaba de ducharme, no era la primera vez qué los mareos daban con mis escuálidos huesos en el suelo, siempre le agradeceré a Alberto, hacerme compañía en esos momentos difíciles físicos y mental, sabíamos que el no tendría fuerza para levantarme, se quedaba pendiente para llamar a lo auxiliares. Una vez duchado, vestirme, salir,...
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