Seria, las 10 de la mañana, del año 1957 o 58 , bueno, el año es los de menos, a mi lo que me gustaba, era ir a la Estación , ver pasar los trenes, me daba igual, que fuera El Correo o un Mercancías, el silbido, la humareda , era impresionante ver un punto negro en el horizonte, con una nube negra, que no se despegaba de ese punto negro, cada vez este punto, se hacia mas grande, el sonido ya era mas audible, la humareda podría alcanzar, metros y metros de altura.
El punto negro, se acercaba cada vez más, más rápido, galopando sobre los raíles, mi corazón latía al mismo son que las calderas de la máquina, su silueta, se hace cada vez más visible, el sonido de las ruedas sobre las vías se escuchan cada vez más, se acerca la maquina es majestuosa, es como un corcel negro, imposibles de dominar, pero- ¡ Ay! - esta, llegando al apeadero de la Estación, la gente se acerca cada vez más hacia las vías, a veces me fijo en la parte delantera de la máquina, si tiene tiempo a frenar , tienes uno la impresión, que se pasa, qué pasa, pues NO se pasa, el chirrió de sus ruedas contra la vía, frenando contra ellas , así, como el humo blanco que despides a través de las ruedas, era un espectáculo ver el humo envolviendo la Estacion.
Las personas que esperaban algún viajero podrían no verlo al bajar del vagón, era una atmósfera inquietante, el humo envolvía en su tupido velo, a los que esperaban y los que venían en el tren, era una escena que podría firmar para cualquier película de intriga. ese día, recuerdo que era un día , luminoso, temperatura muy agradable, no se veía en el horizonte nube alguna , como era habitualmente una Ciudad con lluvia escasa, la sequedad del aire se envolvía humedad, en la Estación con los vapores de las máquinas.
En esta Estación, yo esperaba mi padre, que venía esa mañana, a veces venía en el último mercancías podía ser las 11 o 12 de la noche, él vagón dé la Empresa que trabajaba mi padre, era un apartamento con ruedas, una cocina pequeña, un fogón con carbón para calentar la comida, unas literas hechas con la misma madera que construyeron él vagón, una oficina una mesa de escritorio pequeña, en lo alto tenía un mueble, un casillero alto donde meter ; sobres, los albaranes de trabajo, los sellos, uno Rojo y otro Azul. Rojo ; pendiente Azul ; terminado. Una alegoría al Dictador, no había baño, una puerta de madera al abrirla te encontrabas con un retrete, las defacaciones, la orina y él pequeño lavabo, tenía sus aliviadero a las vías del tren, todo el mobiliario estaba hecho con las mismas maderas del vagón, ése color grisáceo, tenían pintura , cualquier arañazo o arreglo, lo pintaban del mismo color, todo uniformados, en un país oscuro cómo aquel tiempo él grisáceo era una nota de color.
Me dirijo hacia los bancos situado en el Apeadero, eran bancos de madera, a mi me gustaba sentarme en ellos, y contemplar todo el movimiento de la Estación, personas con pesadas maletas, niños corriendo junto a sus padres y hermanos, con ropa, no muy cuidada, los rotos de los pantalones algunos con gorras, las madres con paños en donde envolvían los bocadillos, garrafas con agua, les decía " no beberse todo el agua dársela al maquinista que está sudando ".
De pronto, sentí un fuerte empujón, que poco faltó para perder el equilibrio, me gire, vi una persona que andaba muy ligero, como escapando de algo o alguien, si me fije que llevaba una gafas oscuras, gabardina larga y sombrero, pero lo que no podía olvidar la mueca de su cara al darme el empujón.
Uno espera, que cuando te empujan, por lo menos, que te pidan disculpas, pero esta persona, no, se disculpó, con su mirada despectiva y esa mueca , me hizo pensar que ocultaba algo, no, se, que, pero que ocultaba algo- ¡ seguro !.
Tenía una cara, para tenerle miedo, con su paso ligero, se perdía entre los viajeros, pero en mi interior, me preguntaba, ¿ por que me ha empujado ? ¿ por que, no se ha disculpado ? ¿ por qué ha acelerado el paso ? ¿ por qué huía ? ; era mí intuición, podia equivocarme ......?
Continuará.........
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