Los días pasaban con una celeridad qué no es igual cuando eres muy mayor, siendo joven los días pasan deprisa, novia, trabajo, estudio, independencia, era lo qué más se añoraba, no, tenía ésa sensación, entraba a la hora qué quería, no, me preguntaban dónde o con quien te ves, ser el mayor dé mis hermanos tenía ésa ventaja.
Compañeros de trabajo o de estudios, les diré que en aquellos años finales dé los 60 y entrado en los 70, jóvenes de este país, trabajábamos y también estudiábamos, no, era fácil conciliar trabajo y estudio, mí academia dónde estudiaba delineantes, entraba a las 9 dé la noche salir a las 10 o 11 dé la noche, en función del plan de estudio terminábamos, después a casa, caminar él ir caminando me gusta incluso en el día de hoy hago mí camino, puede durar lo qué mis piernas aguanté.
Él estudiar y trabajar,era importante para los que pensábamos tener más estudios, posibilidad de ir creciendo cómo personas, conocimiento, las chicas lo tenían más diría muy difícil, la disciplina de sus padres le hacía trabajar y estar en casa no más tarde de las 9 dé la noche, sí, no podían estar a ésa hora la llamada telefónica a su casa o al vecino que tuviera teléfono era dé obligado cumplimiento. Dificultad para estudiar dé noche toda, una chica joven tiene que estar en casa a una hora prudente, qué dirían los vecinos más bien las vecinas.
Asi, qué estar con tú novia era unos minutos o si podías recogerla compararla al autobús, autobuses con frecuencia escasa, besos, un hasta mañana, así, un día otro día, deseando que llegará el fin dé semana Domingo, los sábados se trabajaban, las tiendas de confección era el día predilecto, había trabajadores principalmente los oficinista que los sábados por la tarde no trabajaban, así, sí, tú novia era dél gremio de la confección ( mí caso) , sabías que el sábado sería el día dé más trabajo, esperarla, verla atender a las clientas, sonrisas cuando me veía, sí, no, la veía nadie me lanzaba un beso con la mano.No, importaba el tiempo qué tardaría en salir, esperarla, besarla, acompañarla al autobús, él domingo tendremos más tiempo.
Así, llegabas al preciado domingo, tampoco sería fácil para ellas, los hombres hemos tenido la vida fácil con respeto a obligaciones familiares, en, mí caso era particular, mí padre era un hombre que ayudaba en la casa, lo recuerdo con cariño ayudando a mí madre, así, que hacer algo de casa para mí era normal, mí padre planchando la ropa, yo, planchaba la mia, qué él recogía la mesa, hacia lo mismo, no, tuve ése punto la casa es cosa de mujeres.
Sí, en casa de mi abuela o de mis tias, él niño quieto, seguir sentado, madre, abuela, hermana, recogiendo la mesa, no, había sobremesa para las mujeres de la familia, seguían con su limpieza de platos, barrido, etc, etc, lo hacían con la obligación dé ser mujer, así, que mí novia no estába exenta dé estás obligaciones, así, qué a esperar que la dejaran salir, era lógico la impaciencia qué había en las chicas en contraer matrimonio era la forma adecuada para salir de casa dé sus padres a la propia, los casamientos en su mayoría eran después de la Mili ( servicio militar obligatorio) , la ceremonia nupcial estába cerca.
En aquellos tiempos los casamientos por la vía rápida( llamados popularmente dé penalti) era cotidiano, ya saben embarazo fuera del matrimonio eclesiástico, recuerdo que en el centro parroquial fueron varias parejas las parejas que tuvieron que hacer las maletas, las chicas eran más jóvenes que ellos, a nivel familiar era la peor noticia que podía darle su hija, casamiento a la carrera, niños sietemesinos.
Una noche después de haber dejado a mi novia, inicié mí camino a mí casa, vivíamos relativamente cerca a unos 15 o 20 minutos, una caminata más , era normal encontrarte con otros jóvenes que iban en tú dirección o al contrario, recuerdo un grupo de hombres por su apariencia mayores que yo, notaba que sus pasos cerca dé los míos no llegaban a ponerse a mí altura, no, me dió buena vibraciones, así, que aligere un poco él pasó, crucé a la otra acera, ellos seguían detrás mia, no, cambiaron de acera, pero, estaba seguro que me seguían, bajando el puente por la parte izquierda con poco tráfico, alumbrado público escaso, entré en uno dé los callejones que daban a mí casa, la cercanía de la vias de ferrocarril y mi conocimiento dé las posibles salidas me daba confianza en poder despitarlos, ellos, no , sabían el edificio en qué vivía, seguí caminando ente los diferentes callejones eran de salida y entrada, llegué cerca de mí casa, luces pocas él alumbrado público era muy normal no tenerlo o apagado, pará ahorro del Ayuntamiento, algún perro ladrando con su dueño, ésto dé los perros no cambian, todo en calma, mañana será otro día......
Continuará........