En mis paseos cotidiano por mí ciudad, suelo pasear por la tardes, me gusta oír el olor a mar, a pesar de la polución, los miles dé personas que té encuentras de diversos países, japonesas , brasileños, alemanes, no, podía faltar los ingleses, estos tienen la peculiaridad dé no entender el español ni sé preocupan en entenderlo, pará ellos nosotros tenemos la obligación dé saber inglés aunque esté de vacaciones en España, a, mí, meda igual, les contesto entonces un francés muy español, toda frases terminan en la letra : E, y asunto concluido, sí, no, me entiende qué aprendan.
Está ciudad sé está convirtiendo en un atropello continuo de visitantes, de patinetes, de personas arrastrando sus maletas, es una aventura pasear, no sabés si te adelantarán por la derecha o por la izquierda o te atropellaran, se invirtió en reformas está avenida sobre 11 millones de euros, no tuvieron en cuenta ni carril bicicleta, los patinetes van en función de la responsabilidad del que lo lleva, en fin intentaré salir de este circuito urbano, habrá que dar las gracias al alcalde, por su buena gestión y clarividencia.
Visto lo visto, hacé una tarde fría, mis pasos sé encaminan hacia la alameda, vértigo,dé coches, semáforo, personas solas, algunos/as, llevan un pinganillo, igual están escuchando música o es una forma de no saludar, en fin que sigan con su música o lo que quieran, estoy cerca de un Centro comercial, sé, me apetece tomar un té y un croissant ( muy frances), me dirijo hacia la cafetería, muy moderna han hecho reformas, para darle mas cachet hay que esperar en la entrada, sale un hombre muy trajeado de uniforme, muy educado y te pregunta:
Él señor viene sólo o acompañado:
Usted, que cree, ve usted alguien conmigo.
Discúlpeme.
Hacé un pase con la mano derecha, acompañame ( esté tío iba para torero los pases qué da, con decirme la mesa, en fin ya me cobraran él pase torero).
Él señor le viene bien está mesa
Prefiero una que esté más despejada de grupo de personas, hacer posible con el sillón pegado a la pared y mirando hacia la entrada)
No hay problemas aquí va estar muy bien. Gracias ( siempre me ha gustado sentarme mirando a la puerta, no tener detrás a nadie), me acomodó, dejo mí sombrero y la gabardina en otra silla, me siento, justo a mí lado hay unos asientos color rojo con una mesa con 3 sillas, no estaban ocupadas y las personas que entraban se quedaban en las mesas delanteras, se acerca una chica vestida de negro ( uniforme) cofia en el pelo y una bonita sonrisa, los dientes blancos, blanquísimo, conque dentrifico sé lavarán los dientes.......?.
Señorita, no necesito la carta..?
No...?
Tomé nota. Té negro con una rodaja de limón y un croissant sin calentar.
Gracias Señor, ya mismo le traigo su té
No se le olvide el croissant.
Lo tengo apuntado, me sonríe ( sonrisa fingida)
Cojo el móvil, me fijo que hay niños/as merendando, pareja de novios o lo qué sea, pareja de ancianos, comiendo churros madrileño con chocolate, curiosidades comen churros hablando por el móvil, será para que la persona qué está hablando huela el olor del churro, cómo para saludarlo con las manos pringadas de aceite o un beso, te deja la cara achocolatada.
Viene la camarera, me deja mí croissant, cubiertos, el té en una taza y él agua en una tetera dé cerámica, antes dé marcharse, compruebo que tenga una rodaja de limón.
Todo perfecto Señorita.
Muchas gracias.
Me alegro que esté a su gusto, que disfrute de su té y del croissant.
Muy educada, me pongo a echar él azúcar, y oigo cerca de mi, un ruido dé mujeres hablando, acompañada de dos hombres ya mayores, en fin, se acabó la tranquilidad. Yo, sigo con mí cucharilla dándole vueltas a la taza, no le presto ninguna atención, hablan alto hablan, me molesta sus voces , creen qué está vendiendo en los mercadillos.l
Él té está en su punto, miro mí móvil, leer mis correos , tomo algunas notas, siempre llevo una agenda pequeña me gusta escribir o dibujar algo que vea que pueda ser interesante,
Escucho a una de las mujeres, más joven que las otras dos, mediana estatura, pelos encrespado, parecía un anuncio de champú para pelos enredados, le llamaré XXL. No dijeron sus nombres tampoco era cuestión de preguntarle, Yo, era, un cliente tomando té.
XXL comentaba:
Hay que ver qué siempre da la nota, qué se creía que yo iba a renunciar a mí parte, no, sé lo cree, vamos, siempre, con la lagrimita y recordando lo que ayudado en la casa, no, he, renunciado por qué no me da lagana. Estoy harta de tantas chalaura.
Uno dé los hombres, él más joven, delgado con gafas y una gorra le dices:
No son formas, él espectaculo que habéis dado en la notaria, las cosas sé dialogan y no sé monta la verbena que has formado, una vergüenza. Ella no merece ése trato, es , nuestra hermana, siempre nos, ayudó a todos. Una vergüenza.
Cómo verán una conversación qué aunque uno no quiere escuchar, al final ponés la oreja y sigues moviendo el té, que está frio , pero, la conversación prometía.
La otra mujer le llamaremos XL, era un poco más alta que la otra, facciones finas, pintada como una puerta, pero con un tono de voz que hacia compás con la otra, le daba la razón :
Siempre igual, recordando él pasado, lo hicistes, me vino bien, nos aprovechamos, que iba hacer, con lo que tenía en mi casa, siempre le agradeceré su apoyo, su ayuda,su interés por ayudarme, eso fue en otros tiempo, ahora las cosas van cómo tiene que ir, mis hijos son mayores, mí marido ahora es otro, mas atento, siempre está pendiente dé mí. No hay que estar recordando él pasado.
Contesta la del pelo a lo afro : Por favor, dé ilusión también se vive guapa.
La otra mujer le llamaremos X, menuda no sé le entendía muy bien cuando hablaba, sé ponía la mano en la boca parecía una futbolista hablando con otra compañera. Yo intentaba mantener una posición qué no sé dieran cuenta que estaba escuchando pero no había forma.
La mujer del pelo encrespado, dice :
Anda guapa tómate el café, qué tú no sé en qué mundo vives y vámonos aquí hay gente que pone la oreja, tendrá poca vergüenza, qué gentuza, me mirá, yo, me hago el despistado, cojo el móvil y empiezo hablar con el amigo invisible, cómo sí no fuera conmigo, sé marchan, hacen ruido con las silla, era para molestar, menos mal que sé han ido, dejo él Té, estaba frío, dejo también el croissant, no, me apetece, la conversación me ha dejado con mal sabor de boca, estás historias de ficcion o realidad, quien sabe, toda herencia tiene su pecado, otra son tóxicas, otras desumanizan él concepto dé hermanas/os. Por una herencia de sus padres.
En mí opinión, a los hijos no hay qué dejarles ningún patrimonio, lo importante es que sé sientan queridos por sus padres, darles una buena educación, fomentar el estudio, el saber humano, respeto hacia los demás, qué ellos también sé hagan respetar, la educación éste valor que en rodas las civilizaciones han sido el motor del crecimiento humano.
Continuará ..........